Saturday, June 29, 2019

La disautonomía afecta más al género femenino y es muy difícil de diagnosticar.

¿Por qué la disautonomía es más probable en mujeres que en hombres y por qué se dificulta un diagnóstico concreto?

El estrógeno como fáctor biológico desencadenante de la disautonomía explica el porqué en las mujeres la incidencia del trastorno es mucho mayor que en el hombre, mientras más estrógeno, más posibilidades existe que la disautonomía se presente, porque el estrógeno incide directamente sobre el tallo cerebral.

La mayoría de los casos que se presentan de disautonomía ocurre en la adolescencia y la etapa temprana de la adultez, cuando se diagnostican niños o personas mayores de 40 años con el trastorno este suele ser más violento y poner en un gran riesgo la vida del paciente.
Hay que tener en cuenta de igual manera los factores medioambientales que podrían causar el trastorno como algo secundario, un ejemplo serían, los virus, químicos, la apnea del sueño al causar un desequilibrio en la frecuencia cardíaca y arterial, lo que también podría ocurrir con algunos medicamentos o algún desorden hormonal.



Es importante que el médico tratante de el permiso para realizar actividad física y antes de dicha actividad hidratarse e ingerir alimentos altos en sodio o comidas con un poco más de sal.
El equipo multidisciplinario para tratar la disautonomía involucra al neurólogo clínico, cardiólogo electrofisiólogo y psiquiatra, porque lidiar con todos los sintomas suele ser muy difícil y la persona tiende a deprimirse ya que su estilo de vida debe cambiar y vive con un agotamiento constantre que el resto del mundo no comprende, ya la paciente no puede realizar sus actividades cotidianas, el imsomnio genera irritabilidad y cambios en el humor, como no se duerme de noche el cuerpo pide dormir de día mucho más de ocho horas sin obtener realmente un sueño profundo y eso dificulta la vida de la paciente, por eso muchas antes de acudir a un neurólogo o cardiólogo acuden al psiquiatra por depresión, insomnio e irritabilidad, pensando que el origen es psiquiátrico y no un trastorno disautonómico sin tomar en cuenta el resto de los síntomas como consecuencia de una disautonomía y no un trastorno psiquiátrico. Esa es una de las razones por la cual se tarda tanto en obtener el diagnóstico correcto.
Si puede ocurrir que la paciente padezca de depresión y como la depresión es un proceso que sensibiliza la mayoría de los sistemas corporales coexista una depresión de fondo y la disautonomía.
Tomando en cuenta todos los diagnósticos erróneos que tiene un paciente, al principio de la búsqueda del mal que lo aqueja. y la respuesta a lo que le sucede.



Una de las características más comunes de la disautonomía son los síncopes y el síncope disautonómico que se caracteriza por la pérdida de conocimiento y la recuperación casi inmediata del mismo, un síncope que dure más de tres o cinco minutos seria un indicador de que el problema es de base neurológico porque por regla general con la disautonomía per sé un electroencefalograma y electrocardiograma tienen los resultados de un paciente normal, se pueden dar los casos donde un electroencefalograma salga normal y el electrocardiograma alterado y aún así el cardiólogo puede hablar de disautonomía como la patología base, si por el contrario el paciente se queja más de migraña, mareos y se verifica que hay un problema neurológico la disautonomía vendría siendo un efecto secundario de una patología mucho más compleja y delicada que colocaría al paciente en un riesgo mucho mayor; por eso es preferible comenzar yendo a la consulta de un neurólogo para que este descarte cualquier otra patología de origen. Si el neurólogo descarta todas las demás enfermedades ya el cardiólogo debería estudiar la vasodilatación y la disminución de la frecuencia cardíaca. Con el descarte neurológico ya se hace un diagnóstico de una disautonomía cardiovascular.



neuralvida@hotmail.com

La Disautonomía con Julián Aristizábal Médico Internista, Cardiólogo y E...

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 En este vídeo se disipan muchas de las dudas  sobre la disautonomía y se explica cómo, cuándo y porqué  se manifiesta el trastorno, los pasos a seguir, dieta, el equipo multidiciplinario de médicos que deben tratar al paciente y como el estrés y esos momentos en los que ya no se puede más, de mucha depresión y angustia agudizan los síntomas.
Vivir con cansancio, temblores, espasmos musculares, síncopes, etc  no es normal.
Pero por sobretodo a identificar el síndrome y no confundirlos con otras patologías como extrapiramidalismo que sería un hecho neurológico puro o una arritmia que sería determinantemente cardiológico, sino indagar y  sumar cada uno de los síntomas, por eso es de vital importancia realizar la prueba vagal de la mesa inclinada.

Prueba de Disautonomía Vagal en el Centro Médico ABC.





CON ESTE ÉXAMEN SE DETERMINA SI EL PACIENTE TIENE DISAUTONOMÍA.





La Sociedad

SOMEEC, Sociedad Mexicana de Electrofisiología y Estimulación Cardíaca A.C.

En la página web se puede consultar a un médico gratis y aparecen los ejercicios que se deben realizar y cómo realizarlos.



https://someec.mx/la-sociedad.html








MISIÓN:

 Incrementar y difundir el conocimiento de la electrocardiología a la comunidad médica y población general.

Disautonomía, padecimiento que afecta a 70 millones de personas en el mu...

La vlogger, Ana Amorín, habla sobre la disautonomía que padece - Al Aire

Friday, June 28, 2019

SIENDO HONESTA NO IMAGINÉ QUE ALGUIEN RESPONDIERA. ¡ESTOY AGRADECIDA DE QUE LO HACIERAN!

Nunca imaginé que lo que escribiera en este espacio podría ayudar tanto como lo ha hecho y eso me impulsa a seguir.
Quiero decirles, pues, como me he dado cuenta, que no soy la única, que no estoy sola con este padecimiento, que hay esperanza, que todo mejora si seguimos los tratamientos y terapias que los especialistas nos indiquen.
Un saludo, un enorme abrazo a todos.
GRACIAS.


IMPORTANCIA DE UNA GUÍA PSICOLÓGICA PARA APRENDER A SOBRELLEVAR LA DISAUTONOMÍA.


Importancia de la Terapia



Como he mencionado en otras publicaciones del blog, nuestro comportamiento no solo afecta el entorno o psiquis, afecta  nuestro cuerpo porque todas las emociones no canalizadas, esas que no expresamos y decidimos enterrar en lo más profundo de nuestro ser aparentando que no significan nada cuando lo son todo; deben salir de alguna manera y sino sabemos cómo hacerlo, el cuerpo lo hará.
Somatizar:
  1. verbo transitivo.

    Convertir los trastornos psíquicos en síntomas orgánicos y funcionales.
    "el paciente somatiza su ansiedad, percibe molestias físicas diversas y se va llenando de achaques"
Entendemos por terapia a todo aquel tratamiento que una persona puede recibir en pos de mejorar algún punto de su estado de salud ya sea a nivel físico como psicológico. La palabra terapia proviene del griego therapeia que significa justamente tratamiento. Hay muchas instancias que suelen ser entendidas como terapia pero usualmente, en el lenguaje común se utiliza para hacer referencia a la terapia psicológica.
La terapia psicológica es aquella que se lleva a cabo entre un paciente y un psicólogo frente a posibles problemas o cuestiones que el primero quiera resolver de su personalidad, de su forma de actuar, de sus miedos o angustias. La terapia psicológica usualmente debe realizarse en un espacio tranquilo y confortable donde las dos personas puedan hablar sin problemas y analizar las cuestiones de la mejor manera posible. Dependiendo de cada caso particular, las sesiones pueden variar en términos de tiempo, pudiendo en algunos casos extenderse desde media hora hasta varias horas continuadas según sea la necesidad del paciente. También puede variar la disposición de las dos personas en la habitación de acuerdo al tipo de terapia que el profesional quiera encarar. Por último, la terapia puede ser tanto individual (lo cual es lo más común) como grupal, en cuyo caso varios pacientes con condiciones similares o diferentes se reúnen en un mismo lugar para compartir sus experiencias y tratar entre todos de conversarlas y analizarlas. La terapia grupal requiere sin embargo un profesional muy preparado que sepa cómo guiar la acción.
La terapia es siempre recomendada y a pesar de que en otros tiempos solía creerse que sólo las personas con serios problemas psicológico, hoy en día muchas personas sin problemas graves buscan recurrir a una terapia que les ayude a entender mejor el por qué de sus comportamientos y a mejorar aquellas cosas que sienten no del todo satisfactorias. Siempre el terapeuta tendrá el influjo de algún tipo de terapia en particular que puede variar de acuerdo al interés que el terapeuta tenga por tales o cuales pensadores (Freud, Lacan, terapia conductista, etc.) y con ello armar un tipo de terapia particular también teniendo en cuenta las necesidades.

ESTUDIO Y ENFOQUES TERAPEÚTICOS MULTIDISCIPLINARIOS PARA ENFRENTAR LA DISAUTONOMÍA





DESCARGA EL ARCHIVO PDF PARA COMPRENDER EL ALCANCE DE LAS EMOCIONES, NUESTRAS EXPERIENCIAS Y MIEDOS COMO AGENTES CAUSANTES DE LA DISAUTONOMÍA.


http://www.unsj.edu.ar/unsjVirtual/DiplomaturaPNIE/wp-content/uploads/2017/03/Castro_y_Otros.pd
fhttp://www.unsj.edu.ar/unsjVirtual/DiplomaturaPNIE/wp-content/uploads/2017/03/Castro_y_Otros.pdf


 ¿PNIE?

Qué es y cómo este saber mejorará una vida con  distintas enfermedades y trastornos físicos.




¿Por qué nos preguntan cuál es la talla del vientre? ¿O si tenemos grasa acumulada en los pechos? ¿Es tan importante cómo nacemos y cómo fue nuestra infancia? ¿Si solo queremos dejar de sentirnos tristes y deprimidos por qué nos preguntan por el período y ciclos menstruales? La PNIE te dará respuesta a esas preguntas.
La Psico Neuro Inmuno Endocrinología o PNIE es un disciplina médica integrativa que estudia la relación entre los sistemas nervioso, hormonal, inmune y la conducta de los humanos.
Nació este siglo en la década de los 70s con los primeros estudios del equipo de  Ader R. y posteriormente de Glaser R. basados en el concepto de la comunicación recíproca entre el sistema nervioso central y el sistema inmune.
Se han necesitado décadas y una abrumadora cantidad de estudios científicos para obtener la atención principal de toda la comunidad médica ofreciendo soporte a la evidencia de la interacción de estas redes de interconexiones, de estos sistemas de nuestro organismo. Según la reciente revisión científica a cargo del equipo de Timothy G D del American College of Neuropsychopharmacology del 2017, la PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIE) se encuentra con un nuevo protagonista: el microbioma (DNA de la microbiota intestinal).

Salud intestinal, bacterias y cerebro

En las últimas décadas el eje cerebro-intestino es el protagonista de numerosas investigaciones en el ámbito de la neurociencia y hoy día ya sabemos que nuestra salud intestinal, las bacterias que lo componen (microbiota) y nuestro cerebro están todos implicados con el sistema neuro-inmune-endocrino y nuestro comportamiento, utilizando el sistema inmune como la principal vía de comunicación.
Gracias a las nuevas tecnologías en biología molecular, la meta genómica y el estudio del DNA de nuestra microbiota intestinal (microbioma) ha permitido avanzar en el conocimiento de la importancia entre la diversidad bacteriana y la proporción de los diferentes philos genéticos de nuestra microbiota intestinal en muy diferentes patologías.
Estamos ante un nuevo paradigma de salud y de enfermedad: los microorganismos, la inmunidad y nuestro comportamiento. La PNIE te dará respuesta a tus preguntas.
El compromiso con nuestra microbiota es determinante para nuestra salud, efectivamente.
Comprobamos que necesitamos ser escuchados individualmente, estudiados individualmente y tratados de forma global con un equipo multidisciplinar, cada uno desde su especialidad médica correspondiente basándonos solamente en evidencias científicas al servicio de la excelencia.
Los investigadores en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIE) pretenden entender el mecanismo por el cual mantenemos o perdemos el equilibrio de nuestra salud, estudiando cómo el sistema inmune está comunicado con el sistema nerviosos central y el sistema endocrino afectando su interacción a nuestra salud emocional, anímica y social. Estudian el microbioma y su relación con nuestra conducta, el sistema nervioso, endocrino e inmune.
La relación de los microorganismos del intestino con nuestro cerebro y nuestro sistema inmune juega un papel clave en nuestro estado anímico, nuestra memoria, salud emocional, el comportamiento y nuestra salud hormonal.  Este diálogo entre la microbiota, el sistema inmune y el sistema nervioso puede mantenerse o perderse según nuestros hábitos de vida afectando al equilibrio global del individuo.
Todos los días vemos personas que sufren de estreñimiento o colon irritable y al mismo tiempo padecen de dolores crónicos, cansancio y dolor de cabeza. O de chicas con irregularidad menstrual o dolor menstrual que padecen problemas digestivos y al mismo tiempo sufren de ansiedad, nerviosismo y problemas de acné o alergias. Es curioso, se visitan a diferentes especialistas para cada dolencia y resulta que la clave la tenemos nosotras.
Ante la red de conexiones entre estos sistemas nos encontramos ante el escenario de que nuestras posibles intervenciones a nivel de la microbiota intestinal pueden ayudarnos a recuperar o mantener nuestra salud a nivel psico-neuro-inmuno-endocrino. Podemos influir en este complejo ecosistema intestinal a través de la dieta, de medicamentos o suplementos, del ejercicio físico o la gestión emocional del estrés y también a través de los trasplantes fecales ya que contienen bacterias sanas.

Equilibrio intestinal

El equilibrio entre los estrógenos-testosterona, la exposición a tóxicos y ciertos medicamentos (no solamente los antibióticos) modifican el equilibrio intestinal y juegan un papel importante en nuestro microbioma y nuestra salud en general.
El estrés vivido durante nuestra infancia también altera la microbiota intestinal y afecta a nuestra inmunidad  condicionando nuestra salud emocional y otras patologías inflamatorias en la edad adulta.
Hoy día todos sabemos que el estrés social puede condicionar el desarrollo de problemas emocionales como la ansiedad, la depresión o reacciones y conductas violentas. Pero, ¿Sabías que el sistema inmune está directamente implicado en estas respuestas sociales?
El estrés físico y emocional afecta a nuestro sistema inmune a través de las citoquinas que son inmuno-mensajeros que fabrican las células del sistema inmune. Incluso las experiencias estresantes en la infancia que provocan mayores niveles de citoquinas inflamatorias en el sistema inmune condiciona cambios en el cerebro que implican un mayor riesgo a padecer depresión en la edad adulta.
Las inflamaciones que padecemos siempre van cogidas de la mano con ciertas conductas.

Relación del comportamiento y nuestro sistema inmune

Los estudios demuestran que las personas que tienen un comportamiento más agresivo tienen niveles más elevados de citoquinas pro-inflamatorios, tienen el sistema inmune desequilibrado y también una cicatrización de las heridas más lenta.
Las personas más deprimidas tienen al mismo tiempo el sistema inmune más desequilibrado.
Así, si  se está preocupado por el estado de ánimo, por qué nada sale bien o por la fatiga, deberíamos hacernos una pregunta: ¿Por qué diríamos que nos ocurre? ¿Nuestro entorno social es así de insoportable o es el estado de nuestro sistema inmune? ¿Nos comportamos de manera irritable o agresivamente con los demás o nos reflejamos como una persona agradecida y amable con nuestro entorno? Nosotros podemos cambiar nuestra conducta reduciendo las inflamaciones y siendo agradecidos con nuestro entorno.
Claro, también tenemos invitados especiales en nuestras vidas. Otros microorganismos patógenos  que nos llegan del exterior.
La activación del sistema inmune y la producción de citoquinas inflamatorias en respuesta a patógenos como los virus, hongos, parásitos o bacterias provocará situaciones evitables como el cansancio, la apatía, falta de apetito, aislamiento social y somnolencia y anhedonia (incapacidad para sentir placer). Si en los análisis  de sangre siempre se comprueba tener el % de los linfocitos elevados por infección viral, o el % de los basófilos-eosinófilos por infección parasitaria o tal vez, el % elevado de los neutrófilos ya sea por inflamación o infección bacteriana, acabas de descubrir que hasta que no elimines a cada uno de estos patógenos estos nos provocaran, mientras sigan ahí, cambios anímicos, fatiga y patologías crónicas… pero solo serán crónicos hasta erradicarlos y recuperar el equilibrio en nuestra inmunidad. No era crónico, claro que no, nos tomamos durante muchos años antiinflamatorios, antidepresivos-ansiolíticos y vitaminas porque no sabíamos cómo resolver el mecanismo por el cual perdimos la salud.
Estas citoquinas inflamatorias fabricadas por el sistema inmune pueden entrar en el sistema nervioso central y afectar a los circuitos cerebrales que controlan las emociones y nuestro estado de ánimo. Las citoquinas afectan a nuestro sistema nervioso central principalmente por dos vías:
Neural pathway o Nervio vago y por el Humoral pathway, atravesando la barrera hematoencefálica (BBB).
Así tenemos por ejemplo a la interleukin-1β (IL-1β) que aumenta el metabolismo de la serotonina (5-HT) y de la Noradrenalina, y aumenta la producción hipotalámica de CRF que activa el eje de estrés Hipotálamo-Hipófisis-Adrenal (HHA). También activa el nuclear factor kappa B (NF-κB) que induce inflamación y regula la plasticidad sináptica neuronal.
Las personas agresivas, comparadas con las que no lo son, tienen niveles circulantes más elevados de las citoquinas pro inflamatorias como la Il-6, IL-1β, tumor necrosis factor-α (TNF-α) y de la PCR. Analicemos estas citoquinas si nos sentimos molestos y empezamos a poner orden sin fijarnos en los demás. ¿Somos  sufridores por todo y nos sentimos irritables con todo el mundo? Es curioso observar que las citoquinas pro inflamatorias Il-6 y TNF-α aumentan después de una discusión y se reducen después de recibir apoyo y soporte social.
Y, además, estas citoquinas inflamatorias aumentan antes de la discusión,  aumentan cuando se está expectante a sufrir un encuentro agresivo. Es decir, vivir una situación agresiva o desagradable y tener miedo a que ocurra, es decir, solamente sufrir por si ocurriera, implica lo mismo: inflamación. 
Si somos de los que aguantamos una situación desagradable cada día de nuestra vida y no deseamos vivirla y, además, ahora sabemos que eso afecta nuestro sistema inmune, la fatiga crónica, la depresión y la salud, lo recomendable es decir a quién no forme parte de nuestras ilusiones que: NO ES NO. Pero Tranquilo/a. Cada uno controla el estrés social. Vemos cómo nuestras emociones afectan a la inmunidad y al sistema nervioso. Por ejemplo, la depresión implica mayores niveles de Il-6, citoquina inflamatoria.
Y el estrés, la ira, el miedo y las emociones negativas provocan también la liberación de citoquinas pro-inflamatorias y la activación del eje HHA y del eje simpático-adreno-medular (SAM) que fabricaran hormonas de estrés como el cortisol, prolactina, hormona de crecimiento, noradrenalina, adrenalina… que modulará la actividad de los receptores hormonales que poseen las células de nuestra inmunidad.
Algunas personas seguirán tomando corticoides u otros antiinflamatorios, antidepresivos o  ansiolíticos sin saber que nada es crónico cuando resolvemos el origen del problema. Se ha comprobado que los antidepresivos tienen efectos antiinflamatorios y reducen la producción de citoquinas inflamatorias como la IFN-γ y, al mismo tiempo, aumenta la producción de citoquinas anti-inflamatorias como la IL-10 (Maes et al., 1999; Kubera et al., 2001; Ramirez et al., 2015; Köhler et al., 2017) mejorando el cuadro depresivo, comprobando así, cómo ciertos fármacos también tienen un mecanismo antinflamatorio que mejora el estado de ánimo de las personas.
El cortisol también reduce las citoquinas inflamatorias y suprime la inmunidad, por esta razón la cortisona es usada para tratar enfermedades inflamatorias o autoinmunes como la artritis o psoriasis. El estrés puede tener efectos protectores, pero no es el caso del estrés crónico o cuando después de picos de estrés, al desaparecer el “cortisol” de golpe justo antes de unas vacaciones o el primer día de las deseadas fiestas nos sorprendemos con fiebre, un resfriado, un ataque de migraña o una contractura fulminante.
El sistema nervioso parasimpático (SNP) y el sistema nervioso simpático (SNS) tienen efectos sinérgicos y opuestos en el sistema inmune. El SNP tiene una función calmante, relajante mientras el SNS es estimulante, de lucha y supervivencia. La activación del SNS aumenta la producción de citoquinas inflamatorias y, en cambio, la activación del SNP aumenta las citoquinas antiinflamatorias (Borovikova et al., 2000; Bierhaus et al., 2003; Matteoli et al., 2014).
En un meta-análisis realizado por Michael R. Irwin et al. el 2017 nos informa que en los trastornos del sueño hay un aumento de las citoquinas inflamatorias  IL-6 y TNF-alfa, de la PCR, de la estimulación del receptor inflamatorio del sistema inmune innato (TLR4)  y aumento del nuclear factor (NF)-κB. Dormir mucho provoca un aumento de las citoquinas pro-inflamatorias. Dormir poco, no.
Así… ¿Qué es lo recomendable? Lo ideal y recomendable es dormir 7-8h/noche. De hecho se asoció una mayor mortalidad según las horas que dormimos concretando que las personas que duermen >8 h/noche tienen un mayor riesgo de muerte del 30% y los que duermen <7h/noche un 12% de riesgo de muerte.
El descanso nocturno sin interrupción se asocia a una menor actividad del sistema nervioso simpático y una disminución de los marcadores inflamatorios.
Y varios estudios nos explican también cómo los tratamientos para el insomnio y para un sueño saludable basados en el Tai chi, la Terapia Cognitiva, la dieta y el ejercicio físico nos sirven para reducir las inflamaciones de nuestro organismo.

¿Hacemos lo suficiente por estar bien a todo nivel? 

Se sabe que ciertas bacterias intestinales nos ayudan en la regulación de nuestro sistema nervioso vegetativo, el simpático y también del parasimpático y, por lo tanto, afectando al desarrollo y mantenimiento de la salud inmune y hormonal.  ¿Qué bacterias hemos adquirido durante la vida? ¿Cuidamos nuestro intestino?  ¿Qué tal vamos con nuestra salud emocional?  En nuestro intestino tenemos bacterias con potencial psicobiótico que tienen la habilidad de fabricar moléculas con propiedades neuroactivas con un papel fundamental en nuestra fisiología y salud emocional.
La dirección de las futuras investigaciones y de la PNIE seguirá con la comprensión de cómo la microbiota afecta a nuestro sistema inmune y nuestra conducta. Todavía se necesita entender mejor  el mecanismo de los metabolitos y de las enzimas que fabrican nuestras bacterias y la conexión de las bacterias y sus propios componentes genéticos con nuestro sistema inmune y consecuentemente con nuestro cerebro y nuestra conducta.